Es Viernes de Dolores y un año más la Parroquia Nuestra Madre del Dolor celebra su festividad. Este año no sólo se celebra el día de nuestra patrona la Virgen de los Dolores, sino que colegio y parroquia se vuelcan en la celebración de los 125 años de vida de los Terciarios Capuchinos.
Allí nos dimos cita todos los grupos de la parroquia: comunión, zagales, juvam, cooperadores, cáritas, separados y divorciados, junto con profesores y alumnos del colegio, nuestras hermanas Terciarias Capuchinas y demás feligreses de la parroquia.
Este año, al ser nuestro 125 aniversario, la eucaristía fue oficiada por Monseñor José Rodríguez Carballo, Arzobispo Secretario de la Congregación de los Institutos de Vida Consagrada, que no dudó ni un segundo en decir sí a presidir esta celebración cuando Txetxi se lo ofreció en el Camino de Santiago que realizó la familia franciscana el pasado mes de agosto. La parroquia estaba llena y los dos coros preparados para participar en esta eucaristía tan especial. Casi veinte sacerdotes, junto con nuestro Vicario Episcopal Don Luis, concelebraban reunidos en torno al altar.
El Arzobispo comenzó su homilía haciendo alusión a la figura de María, calificándola ante todo como “mujer fuerte”, al ser humilde sierva del Señor, saber estar siempre en el lugar donde hay que estar y acompañando a sus hijos, que somos todos y cada uno de nosotros. En el día de la festividad de los dolores de María destacó el ejemplo de María a la hora de “enseñar a compadecernos con pasión de cuantos sufren el dolor” y nos recordó que María comparte nuestro dolor y camina junto a nosotros.
El otro tema principal de la homilía fue el 125 aniversario de la fundación de nuestra congregación, de la que destacó su “buen hacer educativo y evangelizador a pesar de su corta historia”. Aunque pensamos que en 125 años la sociedad ha cambiado enormemente, el Arzobispo nos recordó que Luis Amigó vivió de pleno lo que significa la cultura del desecho y la exclusión de aquellos que no encajan en la sociedad. Ante esta situación, nuestro padre Luis fundó esta congregación, para responder con su compasión ante esta situación que 125 años después se sigue repitiendo en nuestra sociedad y que en parte es culpa de todos. “Habéis sembrado paz y bien como Francisco en estos 125 años, dando hasta vuestras vidas”, recodó en Arzobispo haciendo alusión a la unión de la familia amigoniana con la figura de Francisco. “Este instituto evangélico hunde sus raíces en la más sólida espiritualidad evangélica y franciscana por lo que os pido fidelidad a vuestra identidad”.
Don José, también hizo alusión al lema de este aniversario: 125 años viviendo compasión. “No habéis podido unir mejor en una palabra el sentido de la pasión del creyente con la compasión, nota distintiva del carisma amigoniano”, animando de una manera muy clara a la congregación a continuar por lo menos 125 años más siendo un instituto samaritano: “¡Sed apasionados, trasmitid pasión y abrazad el futuro con esperanza!”.
Agradecemos desde estas líneas al Arzobispo por tenernos a los jóvenes muy presentes en su homilía y por agradecernos nuestra presencia allí un viernes por la tarde, día en que muchos jóvenes hacen planes muy distintos a estar presentes con Jesús en la iglesia. A nosotros, zagales y juvam, nos recordó que sin Jesús nuestra vida corre el riesgo de quedar vacía. “Abridle las puertas a María y a su hijo para dar sentido a vuestra vida”. También hizo especial hincapié en que en esta sociedad se necesitan hombres y mujeres libres como Jesús, que estén al lado de los más pobres. Nos animó, al igual que el Papa Francisco, a salir a la calle a por la gente, porque nuestra iglesia es una iglesia de salida. “No basta con acoger. Los jóvenes tenéis que evangelizar, decir lo bonito que es seguir a Jesús porque da sentido a vuestras vidas”. Nos alentó a mirar al futuro con optimismo, “¡Que nadie os quite la alegría y la esperanza. Trasmitid esperanza!»
El Arzobispo terminó la homilía haciendo referencia a que muchos cristianos nos paralizamos ante el dolor en lugar de tener fe y vivir con fe. “En nuestra iglesia hay más cristianos de María Magdalena que de Jesús. Tenemos que derramar menos lágrimas por los muertos, y mirar más con fe por una realidad donde Dios nos sigue hablando y sigue estando presente”, recordándonos las palabras de San Pablo “todo lo puedo en aquel que me conforma”.
La Eucaristía terminó con unas palabras de nuestro párroco Txetxi, que nos animó a “encontrarnos con los demás de corazón a corazón” con la luz de Cristo ¡Es tiempo de seguir viviendo compasión! También le recordó al Arzobispo, que trabaja muy de cerca con el Papa Francisco, que seguimos pendientes de la beatificación de nuestro Padre Luis Amigó, por lo que es fundamental que el Papa interceda en este proceso para que siga adelante satisfactoriamente y por fin sea declarado beato.
Como marca la tradición, al finalizar la eucaristía compartimos una pequeña cena en el patio interior del colegio y aprovechamos para poder conversar con el Arzobispo y conocerle más de cerca. A los jóvenes nos volvió a animar a seguir viviendo con pasión dentro de la iglesia, especialmente en nuestra familia amigoniana.