Los zagales ya la conocían; la mayoría del colegio, no. Así que el día anterior a su aparición en carne y hueso fue presentada en los “buenos días” a todos los alumnos. Fue de esta forma:
BUENOS DÍAS (11/6/14)
“Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo, Porque estuve enfermo y me visitasteis”. (Mt 25, 34.36)
Hoy vamos a intentar conocer a la mascota de los colegios amigonianos, muy conocida en algunos y apena conocida en nuestro colegio. Se llama ZAGALOLI. Es una y única pero no para de viajar. Por fin ha llegado a Madrid y dentro de Madrid a nuestro colegio. Estará entre nosotros sólo un día pero al verla nos estaré diciendo –sin hablar- muchas c
osas, por ejemplo:
Nos dirá que ella es la oveja negra del grupo, que se ha sentido despreciada por los demás, que no han contado con ella para hacer cosas importantes y que esa experiencia ha hecho que comprenda…
• A los alumnos menos capacitados aunque se esfuercen igual o más que los demás.
• A los compañeros y compañeras que no hacen amistades aunque lo intentan y son serviciales con todos.
• Al hermano o hermana en la familia que siempre le quitan la razón aunque la tenga.
• A las personas mayores que se han quedado solas en la vida y no reciben cariño.
• A los niños que sufren cuando se rompe la familia o se quedan sin familia.
• Y a todas las personas que son injustamente tratadas y no tienen quien las defienda.
Si en estos día te encuentras con ZAGALOLI reflexiona en todo esto y piensa una cosa: es el símbolo de la ternura, el cariño y la solidaridad porque es la preferida de Jesús.
A ella y a los que son como ella se dirigen las palabras del Evangelio que habéis escuchado al principio y que vuelvo a repetir ahora.
“Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo, Porque estuve enfermo y me visitasteis”. (Mt 25, 34.36)
Llegó el día siguiente, 12 de junio, día especial para el colegio pues se celebraban las olimpíadas. La zagaloli aprovechó el evento para presentarse en las pistas recibiendo el aplauso de atletas y espectadores. Saludos y abrazos por doquier. Como estrella invitada prodigó poses, inició la jornada y puso medallas. Recibió algún que otro golpe por fundirse entre los perdedores y es que lo suyo es perder para que todos se sientan ganadores. Gracias, simpática ZAGALOLI, y no tardes tantos años en volver por la capital. Te esperamos.
Las aventuras de Zagaloli 