¿Que quién se pone a bailar contigo? Dios. Y no solo eso, sino que, incluso, te dice piropos: «El más guapo», «cómo te amo», «me pareces maravillosa». Sí, a pesar de nuestras debilidades o fragilidades. Esto es lo que nos ha dicho Mons. Xavier Novell, obispo de Solsona, esta mañana para explicarnos la alegría que surge de la compasión de Dios.
«Una alegría que brota de quien, reconociéndose pobre, se abre humilde y experimenta cómo Dios viene a su encuentro, le abraza, baila con él, le dice piropos y le da fuerzas para una vida nueva», ha asegurado Novell.

Como sabes, este fin de semana estamos celebrando el encuentro nacional de los Juvam de España en Solsona (Lleida). La jornada de hoy la hemos comenzado con la catequesis del obispo de esta diócesis, Xavier Novell, sobre el tema del encuentro: «La alegría de la compasión».
Xavier Novel tiene 45 años y, a día de hoy, continúa siendo el obispo más joven de España. Ha dedicado muchas horas al acompañamiento pastoral de jóvenes e insiste en la importancia de que tengamos una experiencia personal de encuentro con Jesucristo. Una experiencia que, por cierto, él dice que todavía no había tenido cuando ingresó en el seminario.

En su catequesis, el obispo nos ha explicado qué es la compasión («el mejor adjetivo para definir la actitud de Dios» y «el hilo rojo que cose toda la Historia de la Salvación»). En palabras de Novell, «es un amor desbordante que, sin ningún cálculo, medida o compensación va al encuentro de todo hombre y mujer deseando su bien, inmerecidamente».
Y este amor, esta compasión de Dios, produce en nosotros una alegría «dulce, serena y profunda, no epidérmica ni breve». Una alegría que es inversamente proporcional a la cercanía de la que te encuentres de Él. Es decir, cuanto más lejos estás, más te alegras.
Por último, nos advierte el obispo de Solsona, esta alegría que nace de sentirse tocado, amado y compadecido por Dios es «contagiosa, no puede quedarse encerrada en nosotros mismos». Nos lleva a la misión. En la que también nos alegraremos de los fracasos, «porque sabemos que Dios trabaja mejor ahí».

Como os podéis imaginar, ha sido una gracia compartir esta mañana con Mon. Novell, quien también nos ha acompañado durante la reflexión posterior a la catequesis y en la comida. ¡Muchas gracias, Xavier!