Todos estamos llamados a amar y servir, si bien cada uno de distinto modo. Es el Señor quien nos llama, siempre a su manera, en nuestra de vida cotidiana, en la oración o en el encuentro con los más débiles. Son signos o experiencias por las que muchas veces nos preguntamos: «¿Por qué a mí?». No obstante, después de leído lo anterior, parece que la respuesta está clara, ¿no?
Este ha sido el tema central del último encuentro nacional de Juvam, celebrado del 4 al 6 de noviembre en Los Molinos (Madrid). En él hemos participado medio centenar de jóvenes de Burlada, Caldeiro, Dos Hermanas, Santa Rita, Torrent y Polonia.
Sí, Polonia. Porque una decena de jóvenes de Wroclaw y Myslowice, a quienes conocimos durante la Jornada Mundial de la Juventud de este verano, han participado también en nuestro encuentro, acompañados por la hermana Alicia -quien tan bien nos cuidó durante nuestra estancia en tierras polacas- y el vicario parroquial de Myslowice.
Nuestros encuentros dan para mucho. Para compartir y rezar. Para reflexionar y reír. En esta ocasión, la hermana Milena y Edu nos han dirigido las catequesis; Antoni, Aktor, Edyta, María y Úbeda nos han contado sus experiencias de este verano en Calcuta y en la JMJ; y la hermana Alicia, Javi, fray Jorge, fray Pablo y Vero nos han dado su testimonio vocacional.
El encuentro terminó analizando nuestros lugares de origen y definiendo los compromisos para este año en Juvam. El P. Txetxi nos envío en la eucaristía final a amar y a servir, es decir, a cumplir la llamada de Dios.