Concluye nuestro encuentro. Hoy no es sólo un día de despedida, sino para dar gracias. Gracias a Luis Amigó, gracias a la casa que nos ha acogido, gracias a tantos amigos que hemos hecho, gracias a quienes han organizado esta movida y, sobre todo, gracias a Cristo.
Al igual que a sus discípulos, Él también nos dice a nosotros que no tengamos miedo para amar, para servir, para vivir con compasión. Es más, gracias a que muchos amigonianos no tuvieron miedo a lo largo de estos 125 años, estamos hoy aquí. Ahora nos toca a nosotros ser valientes, no tener miedo, para que sean otros los que puedan celebrar los 250 años de la fundación de los Religiosos Amigonianos.
Esta es la invitación que nos han lanzado a toda la Familia Amigoniana durante una celebración que ha puesto punto final a nuestro encuentro. O, más bien, deberíamos decir punto y seguido, porque esto no se acaba aquí. Cuando regresemos a nuestros lugares de origen, a nuestros colegios, a nuestras parroquias, a nuestros lugares de trabajo, etc. deberemos vivir apasionadamente y con compasión. Tal y como nos dijo Luis Amigó y como lo han hecho los Religiosos Amigonianos en estos 125 años de vida.
Todos sabemos que cuando la familia se reúne lo pasamos bien. Y cuantos más seamos, mucho mejor. Así qué imaginaos lo que han sido estos cuatro días en Godella, una familia de 365 personas reunida para celebrar la vida.
Un encuentro que nos deja imágenes como estas: mamás que dan de comer a sus nenes mientras los zagales cenan, niños que aprenden por primera vez canciones amigonianas o la vitalidad y alegría de los jóvenes.
Es muy genial leerlos, se siente, se trasmite la fraternidad que han construido estos días, las imágenes «como dice Txetxi» dicen más que mil palabras, un abrazo hnxs. Paz y Bien
Un gran encuentro para todos los que hemos asistido ahora se trata de contagiar y dar a los demás la compasión de Dios que hemos experimentado.
Pingback: 35º Festival de la canción vocacional | Las aventuras de Zagaloli