Nuestra JMJ Amigoniana ya está en marcha. Bueno, a decir verdad, había comenzado el día en el que nosotros llegamos a Panamá. Y ayer por la noche llegó Santi, así que ya estamos la delegación española al completo.
Nos alojamos en la Escuela Vocacional Chapala, en el municipio de Nuevo Arraiján, a las afueras de Ciudad de Panamá. Este centro es regentado por los Religiosos Amigonianos desde su fundación, en 1969. Atiende a unos 180 alumnos, todos chicos. De ellos, 150 son internos y el resto muchachos de los barrios de alrededor.
Aquí reciben la enseñanza primaria y secundaria, así como formación profesional. Tienen ocho talleres, entre los que destacan los de soldadura, ebanistería, mecánica de precisión, electricidad, chapistería y repostería. Además, próximamente prevén implantar tres más para atender las necesidades del mercado laboral panameño. Serán de fontanería, artes gráficas y refrigeración.
La mayoría del alumnado es remitido al centro por los servicios sociales o por los juzgados de menores. Son muchachos que abandonaron los estudios de forma prematura, que han tenido problemas con el consumo de drogas o que proceden de entornos vulnerables y familias desestructuradas.
Esta es otra de las ventajas de la JMJ Amigoniana, que te sirve para conocer la presencia amigoniana en otros países. Así ves cómo nuestro carisma se materializa de distinto modo, según las necesidades sociales del entorno o país del que se trate. En 2011 conocimos la actividad de los Religiosos Amigonianos en Valencia y en Madrid. En 2013 la labor que realizaban en el centro de menores de Belo Horizonte (Brasil). Y en 2016 el apostolado de las Hermanas Terciarias Capuchinas en Wroclaw (Polonia).