Esta mañana hemos despertado en San Nicolás de Bari, Teruel. Los seis de JUVAM que nos hemos lanzado a esta aventura de la mano de Jordi Cérvole, con la intención de conocer y profundizar en la persona de Jesús de Nazaret, aquel a quien las primeras comunidades reconocieron como el Hijo de Dios vivo. [Hch 2,36].
Así que nos hemos lanzado con la siguiente pregunta: ¿Qué pensamos de Jesús? Y para ello cada uno ha realizado la que sería a su criterio, la portada de la red social del Nazareno. Ha sido una actividad divertida que nos ha ayudado a distinguir entre lo que son conceptos o ideologías asumidas [personaje] y quién fue Jesús [persona].
El resto de la mañana nos hemos metido en la piel de unos exegetas haciendo un estudio bíblico del profetismo de Elías [1 Re 17.18.19]. Parecía una tarea pesadísima que ha acabado sorprendiéndonos, estas son algunas de las conclusiones a las que hemos llegado:
- Son los humildes quienes son capaces de reconocer la presencia de Dios.
- Dios nos desubica, ayudándonos a reciclarnos, a despegarnos de nuestras codicias.
- Se hace presente en la situación real y concreta, donde le reconocemos por la fe.
- Distinguir las dos fuerzas que operan en el mundo: el poder VS el amor. O vivimos según una estructura de poder que da lugar al éxito, o nos movemos en el horizonte del amor que da lugar a la “muerte”.
Después nos hemos dividido, yendo unos a preparar la comida y la cena mientras otros eran entrevistados por el afamado periodista. Una vez terminada la comida y tras descansar un ratito, una cooperadora amigoniana llamada Pilar Marco nos ha hecho una rápida visita cultural por Teruel.
Vídeo: Making Off #PJA2018
Rápida porque teníamos cita con fray Miguel Argente, a quien hemos acompañado en su labor de cura rural a Riodeva, un pueblo de Teruel en medio de una extensa zona agreste donde nos han acogido con alegría e infinito agradecimiento.
A la vuelta y tras una copiosa cena de empanada con ensalada campera en la que hemos compartido las experiencias del día con los hermanos de la comunidad, nos hemos ido a orar. Dedicando ese tiempo a nuestro Padre, al mismo que Jesús llamaba Abba, a sentir y gustar su presencia.
Cerramos crónica con las cuatro palabras que resumen el día de hoy:
Pues Él nos conoce en lo más profundo, nos acepta como somos y acompaña en nuestro camino.
Su relación con el Padre ilumina el amor que Dios nos tiene. Nos ayuda a entender la bendición como la dimensión de la vida habitada por Dios.
Su cercanía llena de ternura nos sostiene, Él nos lleva sobre sus manos. Nos revela a un Dios que nos acoge y nos cobija.
Jesús oraba abriendo su corazón al Padre, exponiéndole sus dudas, contándole sus alegrías. ¡Que oración tan humana! ¡Qué oración tan divina!
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