Este curso de zagales lo hemos cerrado en Rascafría, junto al monasterio del Paular. Tras una hora y media de viaje con algunos mareos por las vueltas y revueltas de la carretera llegamos a nuestro destino en el paraje de Rascafría que llaman “Las presillas”.
Paisaje verde y frondoso que aprovechamos para el paseo, los juegos y el baño sólo para los más valientes porque el agua estaba fría y el día no acompañó demasiado.
Lo primero, marcar la ruta de la jornada con una sola finalidad: pasarlo bien a la vez que evaluamos y proponemos para el siguiente curso. Y al caer la tarde la visita guiada al Monasterio del Paular.
Así discurrió el día hasta las 7 de la tarde que regresamos a casa.