No está aquí: HA RESUCITADO, como había dicho. Venid a ver el sitio donde yacía e id aprisa a decir a sus discípulos: «Ha resucitado de entre los muertos y va por delante a Galilea. Allí lo veréis». Mt 28, 6-7.
Jesús ha resucitado, así lo hemos celebrado esta noche en la Vigilia Pascual. No sólo resucita hoy, resucita todos los días. Y lo encontraremos en Galilea, es decir, en nuestros lugares de origen a los que volvemos mañana, en nuestros entornos, en nuestros trabajos, en nuestra vida cotidiana…
La celebración ha sido preciosa, la verdad. Con más feligreses que otros años, con los cantos del coro en el que han participado Javi, Marián y Miguel. Con personas que te agradecen que vengas a vivir la Pascua con ellas. Con vecinas del pueblo que se te acercan al terminar la misa (cada vez tenemos más confianza con ellos), mientras tomamos un moscatel, y te dicen: Nunca me había llegado una vigilia Pascual tan adentro. Quizá estaba exagerando y dejándose llevar por el momento, pero lo cierto es que hemos sentido la alegría de la resurrección, la buena noticia que esta noche recorrerá todo el mundo.
Pero la resurrección no sólo nos alegra, nos hace responsables de transmitir esta alegría a todos los que nos rodean, de anunciar el Evangelio (buena noticia) con «audacia, en voz alta y en todo tiempo y lugar, incluso a contracorriente». Esto es lo que nos dice el papa Francisco, y añade: «No solo con palabras, sino sobre todo con una vida que se ha transfigurado en la presencia de Dios».
Este texto del papa Francisco corresponde a la Evangelii Gaudium, documento que nos ha acompañado durante la mañana de hoy. Hemos aprovechado la soledad del Sábado Santo para irnos a Farlete, a San Caprasio. Mirad qué vistas teníamos mientras reflexionábamos:
Allí en el monte, mientras divisábamos los Monegros, hemos analizado nuestra misión de ser Buena Noticia, de ser «instrumentos para que el Señor llegue cada vez más cerca de su pueblo amado». Que, «con el fuego ardiente del Espíritu en nuestros corazones, nos integremos a fondo en la sociedad, tocando la miseria humana y la carne sufriente de los demás».
En San Caprasio hemos estado en el entorno de las cuevas de los Hermanitos de Jesús, de Foucauld. Allí nos han acompañado el padre Juan, que ha confesado a quien ha querido, y René y Maite, unos vecinos muy majos que tienen las hermanas y que conocen a la perfección el entorno. Aquí nos veis en el interior de una cueva comiendo.
Y aquí están las artífices de nuestros bocadillos (Maritxu y Lourdes, más Trini).
La tarde la hemos finalizado visitando la parte céntrica de Zaragoza y el Pilar. Hemos tenido un guía de lujo, el padre Rafa, que es el anterior párroco de Villamayor y al que conocimos en nuestra primera Pascua aquí.
Feliz Pascua de Resurrección! Me alegro que hayáis vivido tan intensamente la Pascua. Salufos.
Saludos
Nos alegramos mucho teneros en Villamayor de nuevo. Feliz Pascua. Os esperamos al año que viene. Muchos Besos.
Gracias a vosotros por hacernos sentir en casa. Es muy bonito conocer gente nueva q vive su fe e intenta trasmitarla a los demas. Con algo tan bonito como la musica. Seguid. Debemos dar gratis lo que hemos recibido gratis. Pienso en los jovenes de Villamayor…
Un abrazo amigos, hermanos. Javier Navarro. (Dos Hermanas, Sevilla).