Los más madrugadores han visto cómo amanecía por los islotes de la bahía de Río de Janeiro y los más valientes se han dado un chapuzón en el mar al despertarse. Así ha comenzado la jornada, luego hemos desayunado y rezado laudes en el grupo.
A las 10 horas ha comenzado la eucaristía con Francisco, el acto final de la Jornada Mundial de la Juventud. El papa nos ha dicho que seamos misioneros y nos ha enviado a evangelizar a otros jóvenes, porque somos quienes mejor podemos hacerlo.
Para ello nos ha dicho que no tengamos miedo, porque Jesucristo va delante de nosotros y permanecerá hasta el fin del mundo. También ha añadido: «Llevar el Evangelio es llevar la fuerza de Dios para edificar un mundo nuevo. Cristo, la iglesia y yo contamos con vosotros».